domingo, 5 de mayo de 2013

EL PROTAGONISTA: LANKESTER MERRIN

En el año 1973 el mundo quedó horrorizado con el estreno de una película que marcaría un hito en el cine de terror y redefinió su género: “El Exorcista”. En ella se relata la posesión diabólica de Regan MacNeil, una niña de doce años, y del exorcismo al que más tarde fue sometida por el padre Lankester Merrin.

En la cinta, este sacerdote tuvo que enfrentar las fuerzas demoniacas que azotaban a la pequeña  y tuvo que enfrentar las dudas que esta situación generaba con respecto a su fe, la que sucumbía ante el poder de la entidad que combatía y que lo hacía sentirse solo y desamparado por el Dios en el que él creía y bajo el cual buscaba refugio.

Algo que no escapa a lo que nos sucede cuando el miedo nos invade, ya que muchas veces cuestionamos la fe que profesemos y nos hace sentirnos solos y vulnerables ante el ataque de cualquier enemigo que se muestre poderoso u oculto, que escapa a nuestro control y nos hace cuestionar nuestras más profundas creencias.

El padre Merrin simboliza a todos aquellos que temen a lo desconocido y que, sin importar los parámetros que la ciencia o la razón imponen, temblamos ante lo que nos resulta oscuro, demoniaco y paranormal; al sentir que no podemos dominar a lo que, de una manera u otra, escapa a nuestro control y que nos resulta incierto y desconocido.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario