En la cinta, este sacerdote tuvo que enfrentar las fuerzas demoniacas que azotaban a la pequeña y tuvo que enfrentar las dudas que esta situación generaba con respecto a su fe, la que sucumbía ante el poder de la entidad que combatía y que lo hacía sentirse solo y desamparado por el Dios en el que él creía y bajo el cual buscaba refugio.
Algo que no escapa a lo que nos sucede cuando el miedo nos invade, ya que muchas veces cuestionamos la fe que profesemos y nos hace sentirnos solos y vulnerables ante el ataque de cualquier enemigo que se muestre poderoso u oculto, que escapa a nuestro control y nos hace cuestionar nuestras más profundas creencias.
El padre Merrin simboliza a todos aquellos que temen a lo desconocido y que, sin importar los parámetros que la ciencia o la razón imponen, temblamos ante lo que nos resulta oscuro, demoniaco y paranormal; al sentir que no podemos dominar a lo que, de una manera u otra, escapa a nuestro control y que nos resulta incierto y desconocido.
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